LA CIBERNÉTICA Y LA CULTURA DEL SISTEMA

Posted on martes, diciembre 11, 2007 | 0 comentarios
El movimiento de la información hacia la cultura del sistema
Los sistemas educadores son a su vez sistemas cibernéticos, o sea son sistemas que se caracterizan por la recepción, procesamiento, almacenamiento y transmisión de la información. No todas las informaciones que ingresan al sistema producen en este las mismas reacciones. Para ello el sistema cuenta con mecanismos, que adquieren la categoría de proceso, a través de los cuales éste evalúa, aplica e interioriza las posibilidades de utilización de la información que ingresa al mismo en función del cumplimiento de la su misión.
El procesamiento de la información que accede al sistema se pueden distinguir al menos cuatro niveles o fases de trascendencia de la información o señal de entrada sobre la actividad del sistema. La solución de cualquier problema provoca crecimiento en el sistema, no obstante este conocimiento adquirido debe aun recorrer un largo camino para pasar a ser parte de la cultura del sistema:
  • Fase de la información en sí: esta es la fase en que actúan los enlaces inversos positivos y negativos, o sea que en esta fase el sistema asume un comportamiento determinado ante futuras posibles señales del mismo tipo que ingresen al sistema, reforzando o disminuyendo respectivamente su reacción con respecto a la reacción inicial. Se puede agregar que en esta etapa el sistema se apropia de ciertas informaciones o conocimientos derivados de la resolución de un determinado problema.
  • Fase de la información para sí: en esta fase el sistema toma decisiones que le permiten utilizar la información dada para evadir amenazas y aprovechar oportunidades sobre la base de sus fortalezas y debilidades internas, todo esto a propósito del cumplimiento de su misión. En esta etapa las relaciones advertidas en la resolución de un problema específico deben ser despojadas de las singularidades del problema que la indujo, generalizando su aplicación a otras situaciones similares.
  • Fase de la información sistematizada: en esta fase el sistema aumenta su habilidad en la utilización de la información adquirida para dar solución a los diferentes problemas susceptibles a ser resueltos con la misma. En esta etapa el sistema alcanza una utilización coherente, eficaz y armónica de la información adquirida.
  • Fase de la información trascendente: en este nivel de influencia de la señal de entrada sobre la actividad del sistema, éste transforma sus propios mecanismos de procesamiento de la información, modifica su cultura, describiendo un movimiento en el espacio de fases, o sea desarrollándose. En esta fase el sistema crece en el sentido de que supera algunas de sus debilidades y potencia fortalezas, apareciendo así las conquistas evolutivas de las especies. Esta es la fase en que la información adquirida se convierte en componente de la cultura del sistema y comienza a regir su comportamiento.

El movimiento del conocimiento hacia la cultura permite al sistema aprender del contexto y adaptarse a el, permitiéndole además, apropiarse de las culturas pertenecientes a los suprasistemas jerárquicamente superiores con los que establece relaciones de pertenencia e incluso de aquellos sistemas cuyas conquistas culturales han demostrado una mayor posibilidad para evadir amenazas, aprovechar oportunidades, superar debilidades y/o potenciar fortalezas.

LA CIBERNÉTICA Y LA EDUCACIÓN

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DEFINICIÓN La cibernética educativa es aquella rama de la cibernética que estudia al proceso de preservación, desarrollo y difusión de la identidad o cultura propia de los sistemas educadores. UN POCO DE HISTORIA La Cibernética Educativa (C.E.) constituye una novedosa plataforma metodológica que orienta el estudio y perfeccionamiento del proceso educativo, abriendo importantes perspectivas para el desarrollo de las Ciencias de la Educación. La Cibernética Educativa deviene en soporte fundamental para la profunda revolución que se avecina, y constituye uno de los principales logros alcanzados en la educación durante los últimos tiempos.
Los sistemas educadores, objeto de la Cibernética Educativa., representan una generalización hacia la naturaleza de la educación. Es por ello que la C.E. abre el acceso del hombre a la vasta sabiduría educativa de la naturaleza, inaccesible hasta entonces para la razón humana.
Entre los aspectos más relevantes de la Cibernética Educativa se puede destacar el hecho de que su objeto de estudio, los sistemas educadores, constituye una generalización hacia la naturaleza de los sistemas educativos conformados por la humanidad. Las regularidades y resultados obtenidos en la Cibernética Educativa, revelados desde el mismo seno de la naturaleza, pueden y deben ser aplicados al perfeccionamiento del proceso educativo humano, abriéndose así nuevas perspectivas en este controversial e importante aspecto de la actividad del hombre.
Por otro lado la Cibernética Educativa permite sistematizar las experiencias adquiridas por el hombre en los diversos y más disímiles escenarios en que transcurren los procesos educativos humanos. De manera que la Cibernética Educativa constituye una plataforma metodológica coherente, eficaz y armónica que orienta el estudio y perfeccionamiento del proceso educativo, donde quiera que éste se encuentre, ya sea en la escuela, en la familia, en el colectivo de amigos, en el centro de trabajo, en la congregación de fe, etc.
A través de la Cibernética Educativa el hombre tiene acceso a la basta sabiduría de la naturaleza en términos de educación, cosa que no ocurre si se le considera a esta última patrimonio exclusivo de la especie humana como se ha hecho hasta ahora. Téngase en cuenta además, que todo cuanto sabe el hombre lo ha aprendido de la madre naturaleza.
Al enfocar el proceso de educación desde la óptica del proceso preservación, desarrollo y difusión de la cultura, la Cibernética Educativa identifica a la educación con la misión y razón de existencia tanto de los sistemas biológicos, como de los sistemas sociales, de manera que toda la actividad que han desplegado estos sistemas en el pasado (mutaciones y otros tipos de transformaciones adaptativas), despliegan en el presente y las tendencias que se observan hacia el futuro se orientan precisamente hacia el proceso de preservación, desarrollo y difusión de su cultura.
Razón de existencia de los sistemas educadores
Según García J. D. Cualquier sistema material es homeostático, aunque sea brevemente, y busca mantener una estructura específica… Mientras menor sea la entropía (grado de desorden) de un sistema, mayor será su estabilidad y durante más tiempo mantendrá su estructura actual… La vida busca mantener una estructura dinámica y evolutiva, mientras la materia busca mantener una estructura estática… La vida tiene que mantener la estabilidad de un sistema mucho más complejo… Mientras más compleja es la estructura de la materia, se necesita más inteligencia para mantener su estructura e impedir que aumente la entropía…
El carácter trascendente del sistema respecto a los elementos que lo conforman imprime una relativa independencia entre el sistema y elementos a tal punto que éstos últimos pudieran desaparecer o ser reemplazados y no por ello dejaría de existir el sistema. O sea que los elementos o representantes del sistema constituyen su forma espacio – temporal de existencia. Como se puede apreciar dentro de la misión del sistema formulada, se encuentra la contradicción entre preservar y desarrollar, resultando una cultura propia y distintiva del sistema; esta contradicción se desarrolla en la relación del sistema con el contexto, manifestándose además en el proceso de difusión, dado que se establece una contradicción entre la cultura propia del sujeto que difunde y la cultura del sistema hacia el cual se realiza la difusión.
Dado que los sistemas son a su vez representantes de los más diversos suprasistemas, cada uno de los cuales cuenta con una misión muy singular, se obtiene que la misión integral del sistema se conforme de la síntesis de las misiones de los suprasistemas que mas influencia ejercen sobre el sistema en cuestión. Esta misión sintética del sistema es altamente creativa, singular y pone en juego a toda la inteligencia del sistema, dado el carácter extremadamente contradictorio, y a veces hasta excluyente, de las misiones de los suprasistemas de los cuales el sistema en cuestión deviene en representante.
La extraordinaria complejidad presente en el proceso de síntesis de la misión del sistema, provoca que en ocasiones se rebase la inteligencia con que éste cuenta, asumiéndose entonces como misión a metas o finalidades que en realidad son seudo misiones, desviándose entonces las energías con que cuenta el sistema en cuestiones que no favorecen a la preservación, desarrollo y difusión de su identidad o cultura. CONDICIONES
  • Condición de existencia: ante todo el sistema debe contar con mecanismos de procesamiento de información que le permitan combinar su parte tangible con su parte intangible (dar solución a la contradicción dialéctica entre forma y contenido) de tal manera que garantice su existencia inmediata, mediata y a largo plazo.
  • Condición de inteligencia: el sistema debe contar con la capacidad necesaria para resolver los problemas que sistemáticamente obstaculizan el cumplimiento de su misión, dado el carácter dinámico de las condiciones tanto internas como contextuales en las que se desarrolla el sistema.
  • Condición de pertenencia: dado que la misión del sistema no se encuentra aislada de las misiones de los subsistemas y suprasistemas con los cuales el sistema dado establece relaciones de pertenencia, se hace necesario que el sistema cuente con escenarios de negociación en los que participen, al menos, los sistemas relacionados directamente con el sistema referido

La Evaluación

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¿Qué significa evaluar?
“Dar una nota es evaluar, hacer una prueba es evaluar, el registro de las notas se denomina evaluación. Al mismo tiempo varios significados son atribuidos al término: análisis de desempeño, valoración de resultados, medida de capacidad, apreciación del “todo” del alumno” (Hoffman, 1999).
Propiamente el objetivo de la evaluación no es histórico, ni judicial, ni anecdótico, sino práctico: se evalúa para hacer las cosas mejor cuando se trata de situaciones consecuentes o cuando menos repetibles, o por lo menos para obtener el máximo provecho de las circunstancias si se trata de hechos irrepetibles.
En virtud de este proceso histórico es posible reconocer diferentes concepciones de evaluación respecto a la educación. Desde el paradigma cuantitativo ésta puede ser entendida como objetiva, neutral y predictiva, de manera tal que centra en la eficiencia y la eficacia. Lo que se evalúa es pues, los productos observables.
Pero desde una perspectiva cualitativa, por el contrario, la evaluación se centra en reconocer lo que esta sucediendo y comprender qué significado esta tiene para las diferentes personas, en este caso no solo se evalúa el producto sino también el proceso.
Para un tercer paradigma, el crítico, la evaluación no solo se centra en recoger información sino que también implica diálogo y autorreflexión.
Otra dimensión de análisis respecto a las evaluaciones es considerar que éstas pueden ser sumativas o formativas. Mientras que las primeras se centran en el producto final, las segundas se orientan más hacia los procesos.
Si a la evaluación la enfocamos en el aspecto personal, diremos que es un instrumento metódico irreemplazable que las personas utilizan en su vida privada o pública, individual o colectiva, normalmente como preparación para tomar decisiones.
Téngase siempre en cuenta que no hay un único modo de evaluar un hecho o resultado. Todo depende del punto de vista de la evaluación. Un mismo acontecimiento puede ser económicamente magnífico y socialmente degradante. A pesar de lo cual, siempre es cierto que, como norma general, los resultados buenos se refuerzan unos a otros, mientras que los malos arrastran unos a los otros.
De otra parte, el punto de vista adoptado dependerá de los intereses (amores) del evaluador, o de quien solicita la evaluación. Esto significa que, si este punto de vista no ha sido cuestionado oportunamente, las evaluaciones llevarán siempre el sesgo del interés parcial que las motivó. A su vez, este cuestionamiento requiere de un oportuno discernimiento de principio, que posibilite ver cuáles son los intereses e intencionalidades en juego.
Así pues, es claro que el punto de partida para una buena evaluación es el deseo de un bien mayor. Este bien, en el cristiano tiene acentos particulares, pero el derecho y el deber de buscar un bien mayor es tan claro y patente en él como en cualquier otra persona.
Porque la mediocridad no se evalúa a sí misma, o lo hace sólo mediocremente. Por el contrario, la excelencia empieza en una adecuada evaluación. Desde las juntas de gerencia hasta el examen cotidiano de conciencia, la perfección es hermana de la evaluación.
Una evaluación correcta es:
  • Purifica la intención general. Primero es preciso discernir y cuestionar, de modo que estés suficientemente seguro de cuál es el amor que te mueve.
  • Purifica la intención particular: Con sencillez y honestidad establece límites a lo que deseas evaluar, y quédate en ellos. Dentro de esos parámetros, actualiza tu intención general, esto es, asegúrate de que también en este caso estás buscando el bien mayor que realmente has descubierto que te convence.
  • En el marco de los límites señalados: Recuerda que una buena evaluación comienza con un buen resumen en el que se destaquen oportunamente los aspectos relevantes y los factores influyentes.
  • Ten presente en todo momento para qué se evalúa: no se trata de descubrir culpables (ni siquiera a ti mismo como culpable), ni de lamentar inútilmente un pasado que no va a volver. No se trata de huir de la culpa, sino de comprender que la culpa es estéril si no se abre a la gracia del perdón y al vigor de un buen propósito de enmienda.
  • Asegúrate de tener claro en tu mente cuál era el objetivo. Una evaluación puede arrojar un balance desastroso simplemente porque a última hora se pretende que además de lo que se esperaba, se lograran objetivos adiciónales que siempre estuvieron ahí pero que nunca se dijeron. En algunos casos incluso puede ser saludable establecer el principio de que "lo que no se dijo, no existe".
  • Al expresar tus opiniones, por principio ponte en el lugar de las personas que puedan resultar implicadas, pero nunca te quedes ahí.
  • Todos tenemos la tendencia a fijarnos más en lo negativo y especialmente en las evaluaciones grupales nos parece más interesante hacer ver que sí nos dimos cuenta de ello. Vale la pena que evalúes los resultados que te ha traído este modo de actuar.

Preguntas que te ayudarán a evaluarte

  • ¿Cada que tiempo evalúas tu vida?
  • ¿Qué evalúas de tu vida? (profesión, familia, vida social, etc.)
  • ¿Quién te ayuda a evaluarte?
  • ¿Evalúas la "calidad" de tus días? ¿en términos de qué?
  • ¿Cómo evalúas tu vida intelectual? ¿Y tu vida afectiva?
  • Para ti, ¿qué debe involucrar una buena evaluación?
  • ¿Qué esperas en una evaluación personal ante la cruz de Cristo?
  • ¿Cómo crees que haría Dios una evaluación de tu vida?
  • Ahora evalúa qué aspectos de tu personalidad, tanto en virtudes como en defectos debes modelar y pulir.
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